Ca’n Molinas: un pedazo de história
Con 91 años de historia bajo el sello de Ca'n Molinas, nos tenemos que remontar a 1920 para hacer una mención especial a los padres fundadores de la empresa, Don Miguel Cañellas Nadal, descendiente de maestros artesanos de Bunyola, y de su esposa Doña María Estrades Estrades, natural de la localidad de Valldemosa; afincados en un principio en Bunyola, decidieron trasladarse a Valldemossa donde fundaron Can Molinas en un horno que ya existía anteriormente y que a día de hoy aún perdura gracias a unas pequeñas reformas. Tuvieron seis hijos y una hija. Bernat, el heredero que se hizo cargo del negocio, al igual que sus hermanos era natural de Bunyola, pero se traslado con sus padres a Valldemossa a los pocos meses de haber nacido.
El nombre de Ca’n Molinas viene de Cas Molí, que era como se les conocía a los antepasados en Bunyola; con el tiempo derivó a Ca´n Molinas. Tres generaciones se han encargado de la regencia y la dirección del negocio: los abuelos y fundadores Miguel y María, con la ayuda de sus hijos, después tomaron las riendas Bernat y Antònia (padres de los actuales regentes), y actualmente el negocio es gestionado por Miguel Ángel, María del Pilar y su marido Toni. La unión y la cohesión familiar es muy importante para llevar a buen puerto un negocio de estas características; todos los que trabajan en Ca’n Molinas forman parte de una gran familia.
La maestría de tres generaciones de artesanos queda patente en cada una de las especialidades de Ca’n Molinas; aprendiendo el oficio con ilusión y entrega desde la tierna infancia, los maestros artesanos han desarrollado una serie de recetas y formulas únicas, con el buen hacer, la dedicación y materias de primera calidad como base.
La tradición es muy importante en Ca´n Molinas; especialidades artesanas como la coca de patata, las ensaimadas, el gató, la coca de trampó, las empanadas y los robiols de pascua… són emblemas del establecimiento, pero los nuevos tiempos y la demanda de cientos de clientes fieles, han hecho evolucionar el negocio hacia nuevas fronteras, convirtiendo un croissant o una baguette integral en productos típicos del establecimiento.
Si tenemos que hacer mención a una especialidad de Ca’n Molinas, con total seguridad hemos de hablar de la coca de patata; este dulce se ha convertido en un emblema para los habitantes de Valldemossa, y para todos los visitantes que tienen la oportunidad de acercarse hasta la hermosa localidad. Souvenir delicioso, se usa para pagar favores o hacer regalos y combina con dulce y salado. Y lo más importante: sigue manteniendo la misma calidad y características de siempre, aumentando su prestigio y fama local y foránea.
Siguiendo las líneas visionarias de trabajo duro y dedicación artesana que insuflaron a la marca sus fundadores, la generación actual trabaja con esmero y afán para evolucionar manteniendo la calidad y el prestigio de todas y cada una de las deliciosas especialidades de Ca’n Molinas, en Valldemossa, una localidad idílica con gente maravillosa que ama y se deleita con un pedazo de su historia.